miércoles, 26 de diciembre de 2012

Gánga ( India )

Si algo define este viaje, es el color. Colores intensos de los monumentos mogoles, a cual mas bello. La intensidad cromática de los saharis de las mujeres, en cada estado diferentes. Los mercados y zocos, cuanto te recordé mi amado Egipto, las especias, el incienso, el color de los hábitos de monjes hinduistas, hainistas, budistas, shikistas..
El blanco impoluto de las galabiyas islámicas..
Tantos colores como miles de religiones, de dialectos, de razas, hacen que este viaje permanezca en la memoria como un gigantesco arco iris vital
El olor es fuerte en Benarés, mezcla de flores, de incienso, de carne que se asa en los tenderetes de comida. Olor a nam ( pan en hindi ) Perfume a especias, olor a té, olor a mangos y lichis, a la mixtura pegadiza del pachulí..
Pero también olor a humanidad, a cadáveres quemándose, a heces de vacas, a orina, a sudor, a pobreza...
En Benarés se vive en la calle y en la calle se preparan las comidas, se bañan, orinan y defecan, duermen y aman, ¿y como no ? mueren . Sus cenizas, a veces sus cuerpos enteros, terminan en el Ganges ( madre Gánga para los Indus ) o en muchos de los ríos que son afluentes de este.
He visto a leprosos, a perros peleándose por los restos del cadáver de una mujer en las místicas orillas del Ganges, mientras miles de devotos se bañan y beben sus aguas o lavan sus harapos.
Aún así jamás les falta una sonrisa en los labios.
 
 
Vida difícil en toda su cruda realidad, hay que ir preparado mentalmente a India, no es un viaje para débiles y pusilánimes porque es imprescindible mirar y ver toda la crudeza de la pobreza en su mas fuerte expresión, es cierto el mito de que viajar a India te transforma.